Automedicación responsable, ¿riesgo o beneficio?
Por Cindi Islas
México, D. F., 2 de junio (Mundo de Hoy).- El riesgo de tomar medicamentos por decisión propia es muy alto, ya que el ingerir dosis excesivas puede llevar a la intoxicación, problemas respiratorios y hasta la muerte.
Sin embargo, al efectuar esta práctica con responsabilidad, el beneficio corresponderá al paciente y el médico, es decir, si se padece una gripe leve o una enfermedad sintomática, ya no será necesario asistir a un consultorio, en cambio se podrá comprar un medicamento en la farmacia sin necesidad de llevar una receta, así se ahorra tiempo y dinero del prestador de servicios como del consumidor.
Por lo tanto, la Asociación de Fabricantes de Libre Acceso (Afamela) lanzó una campaña que busca informar al público las ventajas de la automedicación con responsabilidad y con ello ayudar a crear una cultura de prevención y cuidado de la salud. Con esta campaña, el organismo espera informar con precisión a la población y crear conciencia en el uso racional de las medicinas de venta libre (sin receta), evitando la aplicación indiscriminada de los medicamentos de receta (prescritos).
La automedicación responsable se define como el manejo racional e informado de medicamentos que se venden sin receta –libre acceso- (Over The Counter, por sus siglas en inglés), que previenen y tratan síntomas de problemas menores de salud, y que no requieren de consulta médica.
La palabra “responsable” se maneja con el afán de brindarle a los pacientes remedios suficientemente seguros, eficaces y con la información adecuada, para que con base en ello, cada persona pueda tomar la decisión de recurrir a la automedicación con total seguridad.
Esta campaña se enfocará a diseñar y redactar las etiquetas de medicamentos de libre acceso, conforme a las necesidades del consumidor, además de complementar el programa con una mesa redonda sobre “autocuidado”, en donde participarán la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otros organismos.
Héctor Bolaños, representante de Afamela, dijo que en cada farmacia habrá un listado con las medicinas que podrán adquirirse sin prescripción médica.
Los criterios para vender dichos medicamentos serán: aliviar padecimientos comunes y sintomáticos, el diagnóstico debe ser sencillo, la toxicidad debe ser baja, las reacciones adversas leves, que no causen adicción, el historial del medicamento debe ser como mínimo de cinco años en el mercado, la vía de administración será oral y tópica —no supositorios ni inyecciones—, que los reportes de farmacovigilancia sean favorables y que las instrucciones sean fáciles de entender.
Entre las ventajas que este programa traerá al sistema salud –públicos y privados- son: optimizar los gastos que realizan los fabricantes, disminuir las visitas a médicos y el ahorro de tiempo y dinero en consultorios.
Según la OMS, el uso adecuado de los medicamentos libres proporcionaría un aumento en la disponibilidad de recursos destinados a la atención de la salud en comunidades rurales o distantes y de difícil acceso, así como reducir la continúa presión que tienen los servicios de salud.
Los especialistas diferenciaron la automedicación de la autoprescripción, debido a que son conceptos totalmente opuestos, y que en la mayoría de ocasiones la gente confunde. La autoprescripción se diferencia porque los medicamentos que se ingieren deben usarse bajo la supervisión de un especialista, de acuerdo con la norma 072 de la Ley General de Salud; sin embargo, son obtenidos sin la intervención del médico (forma ilegal).
Ente los organismos que se han sumando a la iniciativa se encuentran la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (Amiif) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam).
En la conferencia estuvieron presentes el doctor Alberto Lifshitz, director general de Coordinación y Desarrollo de los Institutos Nacionales de Salud, y la doctora Inés de la Fuente, integrante del Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos.