Ajustes vertebrales y salud integral: el papel de la quiropraxia en la medicina alternativa

Con raíces en prácticas antiguas y proyección global, la quiropraxia se mantiene en debate por su eficacia terapéutica y sus contraindicaciones clínicas.

Por: Redacción

LaSalud.mx .- La quiropraxia se define como una disciplina de la medicina alternativa orientada al diagnóstico y tratamiento de las alteraciones mecánicas del sistema musculoesquelético, con énfasis en la columna vertebral. A través de ajustes manuales, esta práctica propone restablecer la alineación de las vértebras y optimizar el funcionamiento del sistema nervioso, considerado un eje determinante de múltiples funciones corporales. En las últimas décadas, la quiropraxia ha experimentado un incremento sostenido en su aceptación como opción terapéutica, en particular para el manejo del dolor de espalda, cuello y cefaleas, al mismo tiempo que se le atribuyen beneficios adicionales relacionados con la postura, el control del estrés y la capacidad física.

El uso de la manipulación terapéutica no tiene un único origen documentado. Registros señalan su empleo en la antigua China, en la región mediterránea y en civilizaciones americanas hace aproximadamente 5.000 años. Hipócrates y Galeno consignaron su práctica, al igual que Imhotep en el Egipto faraónico. Pese a esta tradición histórica y a los beneficios divulgados por médicos de distintas épocas, su práctica profesionalizada ha sido limitada y sigue siendo objeto de controversia en el campo biomédico.

El fundamento de la profesión quiropráctica se sostiene en la relevancia del ajuste articular, particularmente en la columna vertebral, mediante técnicas manuales o mecánicas, activas o pasivas, con la finalidad de mantener o recuperar la función articular y preservar la integridad neurológica vinculada a procesos fisiológicos.

El origen moderno de la disciplina se atribuye a Daniel David Palmer, masajista y comerciante de productos de salud. Palmer concebía la columna vertebral como el núcleo del sistema nervioso y consideraba que una desalineación vertebral, denominada subluxación, podía interrumpir la transmisión nerviosa y provocar enfermedad. En 1895 realizó una manipulación espinal a un paciente con sordera, tras la cual este recuperó la audición. Este episodio fue interpretado por Palmer como evidencia del papel de la subluxación vertebral en la patogenia de la sordera y marcó el inicio formal de la quiropráctica moderna.

Durante el siglo XX, la disciplina consolidó su expansión mediante la apertura de escuelas y asociaciones profesionales, alcanzando una difusión internacional. La quiropráctica se basa en la premisa de que el organismo posee una capacidad intrínseca de autorregeneración y que el sistema nervioso coordina todas las funciones corporales. Bajo esta lógica, las subluxaciones vertebrales se consideran una interferencia patológica en la comunicación neural y, por tanto, un factor de riesgo para la salud. Los ajustes quiroprácticos tienen como propósito restablecer la función normal del sistema nervioso.

En la práctica clínica, la quiropráctica aplica técnicas de movilización articular, liberación miofascial y terapias de ejercicio, con un rango de indicaciones que incluye dolor lumbar, dolor cervical, cefaleas, dorsalgia, ciática, tortícolis, síndrome del túnel carpiano, alteraciones posturales, lesiones deportivas, disfunciones digestivas, problemas respiratorios y casos de infertilidad.

Aunque las complicaciones graves derivadas de la manipulación espinal son poco frecuentes, se han documentado eventos como dolor lumbar agudo, daño en nervios cervicales y lesiones vasculares en arterias del cuello. Por ello, existen contraindicaciones específicas para pacientes con osteoporosis, neuropatías con manifestaciones de parestesias o pérdida de fuerza, antecedentes de cirugía espinal, accidente cerebrovascular o trastornos vasculares.

La quiropraxia, en su desarrollo histórico y contemporáneo, permanece en un terreno intermedio entre la medicina alternativa y los enfoques integrativos de salud. Su práctica continúa siendo objeto de debate científico, tanto por los beneficios atribuidos como por los riesgos que implica en determinados grupos de pacientes.

D.E.