Opinion

Lenguaje para trabajar con la diversidad sexual en el ámbito de la salud; ¿y eso qué?

En la opinión de Teresita de Jesús Cabrera y Jeremy Cruz

Recordemos las palabras del filósofo Albert Camus: «Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro». Entonces, debemos tener presente día a día el lenguaje incluyente.

  • Teresita de Jesús Cabrera López; Clínica Especializada Condesa Iztapalapa
  • Jeremy Bernardo Cruz Islas; Maestro en Ciencias de la Salud/Salud Mental Pública.

Con la autorización expresa de sus autores, nos permitimos reproducir de forma íntegra el presente artículo publicado de manera reciente en la prestigiada revista internacional Latin American Journal of Clinical Sciences and Medical Technology en su apartado Carta al Editor

Estimado Editor

En los últimos 32 años ha incrementado el número de publicaciones en el campo de la medicina transgénero. Al realizar una búsqueda en Pubmed con el término transgender (transgénero) se reportaban no más de 10 artículos entre 1992 y 1999. Para el año 2010, se registraron más de 100 publicaciones por año, hasta 2017 se sobrepasaron las 1,000, y para el año 2024 se alcanzaron las 2,744.1 Ello puede deberse a una mayor conciencia de las necesidades de las personas transgénero, no sólo en la sociedad sino también en el área médica. Por ejemplo, en el protocolo para el acceso sin discriminación a la prestación de servicios de atención médica de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México en la experiencia de la Clínica Especializada Condesa, y específicamente en la sección «Construyendo puentes de acceso a la salud, un modelo de atención la propuesta mexicana», se propone2:

1- Reducir el daño a la salud causado por las prácticas autoadministradas de transformación de género

2- Identificar y tratar los problemas de salud comunes, incluidos los trastornos mentales comunes y metabólicos

3- Facilitar el acceso a los servicios de prevención y atención de la salud para una población vulnerable con alta prevalencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH)

El aumento en la demanda de atención en el área de salud de las personas trans precisa que todos los involucrados en su atención conozcamos el lenguaje que se debe utilizar para que estos pacientes tengan un trato digno y no patologizante o estigmatizante.

El diccionario de la Real Academia define «estigma» como una marca o señal en el cuerpo.3 Asimismo, la estigmatización es un proceso en el que individuos y grupos son devaluados por sus atributos.4 Ello puede expresarse mediante conductas para ignorar su presencia y también con el uso de un lenguaje que los excluye.

En otras palabras, debemos usar el lenguaje incluyente (o inclusivo) y no sexista. Se trata de un lenguaje verbal o escrito que evita discriminar y toma en consideración la diversidad social, por lo que se esfuerza en incluir a los grupos de la población que han sido socialmente excluidos y simbólicamente invisibilizados, como ocurre con la población indígena y afrodescendiente, las personas con discapacidad y las personas no heterosexuales y transgénero, entre otras.5

Todos los involucrados en atención médica debemos tratar con respeto a los pacientes. En el caso de las minorías sexuales, debemos usar el lenguaje incluyente, pues el desconocimiento de éste podría favorecer la discriminación.

En términos generales, la discriminación es una práctica que diferencia y busca hacer menoscabo de los derechos, lo cual coloca en una situación de desventaja, marginación, exclusión y vulnerabilidad a personas y grupos.

De acuerdo con Jesús Rodríguez Zepeda, la discriminación «es una conducta, culturalmente fundada, sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas, sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales».6

En el caso de la atención médica, hemos observado que son los pacientes trans quienes nos han hecho saber que cuando el personal administrativo, de enfermería o médico —en unidades de salud que no están habituadas a tratar pacientes trans— les pide pasar a trámites administrativos, toma de signos vitales o a consulta mientras están en la sala de espera, los llaman por su nombre asignado al nacer. Ello no concuerda con su apariencia física o identidad de género; por lo tanto, numerosos pacientes se incomodan. Esto es común en los pacientes que no tienen el cambio legal de identidad, pero también ocurre en quienes sí lo tienen.

Entonces, el personal de salud en formación (médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, etc.) debe recibir indicaciones de que la forma correcta para llamar a un paciente trans que se encuentra en sala de espera es únicamente por sus apellidos.

El uso de un nombre u otro puede parecer irrelevante, pero ha habido casos en que han surgido conflictos al momento de asignar cama a un paciente trans que requiere hospitalización.

Por lo tanto, es menester aclarar que gran parte de los involucrados en la atención sanitaria desconoce la terminología adecuada para dirigirse a las personas de la diversidad sexual. En consecuencia, es preciso tener claras las siguientes definiciones7:

  • Género: Es un concepto biopsicosocial complejo que se reduce a un conjunto binario de identidades y comportamientos masculinos o femeninos, de hombre o mujer. El género es independiente de la anatomía.
  • Identidad de género: Es la concepción interna de uno mismo con un género en particular, independientemente de la apariencia externa. Ya que la identidad de género se define internamente, es separada de la anatomía física. El hecho de tener genitales masculinos no significa que la identidad de género sea de un hombre, ni tener genitales femeninos o glándulas mamarias desarrolladas identifica a alguien necesariamente como mujer.
  • Expresión de género: Conjunto de comportamientos que socialmente se han asignado como masculinos o femeninos. La dicotomía del comportamiento masculino versus femenino no refleja la multitud de comportamientos complejos. Una persona puede expresar un género en un momento dado, sin cambiar su identidad de género.
  • Sexo: Describe el estado anatómico de una persona, generalmente reducido a dos fenotipos masculino (pene, escroto, testículos) y femenino (mamas, vagina, útero y ovarios). En el ámbito médico se reconocen variaciones del sexo anatómico, como en las alteraciones del desarrollo sexual.
  • Orientación sexual: Conjunto de atracciones sexuales, comportamientos y/o sentimientos románticos hacia hombres, mujeres o ambos. Existe una amplia gama de orientaciones sexuales que pueden variar en función de la identidad de género de la persona y sus diversas atracciones, las cuales pueden incluir atracción hacia ciertos sexos, identidades de género y expresiones de género. La orientación sexual suele reducirse a términos como heterosexual, homosexual o bisexual.
  • Cirugía de reafirmación de género: Es una intervención que cambia quirúrgicamente la anatomía genital de una persona para que se ajuste mejor a su identidad de género y a las expectativas anatómicas correspondientes de la sociedad. La cirugía de reafirmación de sexo se refiere a cirugías que afectan tanto a los genitales como a las características sexuales secundarias.

Por supuesto, en la atención de los pacientes trans es fundamental conocer la definición de «transgénero» o «trans». Se le llama «persona trans» a aquella cuya identidad de género no concuerda con la que se le asignó al nacer.

Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para referirse a las personas trans, debemos tener presentes las siguientes definiciones:

  • «Mujeres trans». Cuando el sexo al nacer es de hombre, pero la identidad de género (es decir, cómo se identifica la persona a sí misma) es femenina.
  • «Hombre trans». Cuando el sexo al nacer es de mujer y la identidad de género es masculina.

Hay personas, sin embargo, que se identifican como hombre, mujer o fuera de estas categorías. Por ello, se debe respetar la forma en la que cada persona se autoidentifica. Las personas transgénero evidencian la separación entre el sexo y el género al mostrar que personas que, conforme a criterios médicos, podrían ser consideradas mujeres u hombres, pueden identificarse ellas mismas de forma distinta a esa categoría médica.

Uno de los factores fundamentales de éxito en la atención médica de las minorías sexuales es la generación de consultorios amigables, los cuales son una estrategia destinada a mejorar el acceso y la calidad de la atención de la población de la diversidad sexual en el sistema público de salud.

Se debe conformar un equipo mixto de trabajo entre las organizaciones sociales civiles con trabajo en VIH-sida y/o derechos sexuales y un equipo de salud inserto en un hospital o clínica públicos. Asimismo, se debe llevar a cabo un reordenamiento de recursos existentes (lo que apuesta a la sustentabilidad de la estrategia en el tiempo) centrado en las características y necesidades específicas de esta población.8

Sabemos que las minorías (indígenas, personas con discapacidad, embarazadas, miembros de la comunidad LGBTIQ+, etc.) sufren de discriminación. Entonces, los ambientes amigables a minorías sexuales son una estrategia destinada a mejorar el acceso y la calidad de la atención en los servicios de salud.

Nosotros como personal de salud podríamos sensibilizar a los médicos generales, médicos especialistas, enfermeras, trabajadores sociales y personal administrativo que se encuentren en el área sobre temas de sexualidad e identidad de género, en el uso del lenguaje inclusivo para evitar juicios de valor sobre la identidad y/o expresión sexual, porque ello favorecerá el respeto de la identidad de género de los usuarios para que todo servicio prestado a las personas trans se lleve a cabo en condiciones de igualdad a la población general sin estigma o discriminación.

Podemos aplicar estos conceptos en la práctica clínica diaria durante la atención al paciente. Por ejemplo, si existe duda acerca del nombre o pronombre por el cual el paciente prefiere ser llamado, se le debe preguntar directamente: ¿cuál es el nombre que usted prefiere? De igual modo, se sugiere sólo llamar al paciente por sus apellidos si se encuentra en un espacio compartido con otras personas, como en la sala de espera. Al interrogar al paciente sobre cuál es el nombre que prefiere, se sugiere que se le pregunte una vez que se encuentre en el área de atención (consultorio, laboratorio, oficinas administrativas) para que estos datos sean privados.

En nuestro continente existe bibliografía y antecedentes de trabajos realizados en el tema de trabajar con la diversidad sexual. Por ejemplo, en el año 2009, la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (DSyETS) del Ministerio de Salud de Argentina en alianza con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH-sida (ONUSIDA), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNPFA) y la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) tomó la decisión de profundizar su política preventiva-asistencial hacia la población de la diversidad sexual.8

El primer paso fue la realización de una investigación en 14 localidades del país, destinada a conocer mejor la experiencia de ser gay, bisexual o trans en las distintas regiones y culturas de Argentina, y a profundizar el conocimiento sobre el vínculo existente entre esta población y el sistema público de salud.8 Los resultados permitieron identificar tres núcleos fuertes que afectaban de modo negativo la relación de la diversidad sexual con los servicios de salud, lo cual limitaba el acceso y la calidad de la atención8:

  • El temor a revelar la orientación sexual o las prácticas sexuales obstaculizaba el acceso y enturbiaba la relación equipo de salud-paciente
  • Las personas trans temían ser objeto de burlas y malos tratos
  • Las instituciones y los equipos de salud no estaban (ni se sentían) en general suficientemente capacitados para trabajar de modo más específico con esta población
  •  

Pero, ¿y eso qué?; ¿qué tiene que ver con el área de la salud? Pues tiene mucho que ver, ya que día a día atendemos personas; no atendemos historias clínicas, carnets ni expedientes.

Debemos utilizar un lenguaje incluyente, ya que si existen barreras pueden abatirse mediante la capacitación y sensibilización de todos los involucrados en el proceso de atención de los pacientes.

Igualmente, debemos promover que el lenguaje incluyente no sólo sea usado en el área médica sino también en el área administrativa y, en general, en todos los servicios involucrados en la atención de pacientes (consulta externa y en los casos en los que el/la paciente trans requiera hospitalización). Ello evitará conflictos al paciente, al personal de salud y a otros pacientes.

Tal como lo mencionó Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE), durante la presentación de la actualización del Diccionario de la lengua española (10 de diciembre, 2024): «Ahora queda en la voluntad de cada persona su buena y adecuada utilización, que las palabras nos unan en la construcción de una mejor sociedad».9

Si ya es un hecho que una institución tan rigurosa como la Real Academia Española acepta el término «transgénero» y lo incluye en su diccionario edición 2024 como adjetivo: «Dicho de una persona: Que no se siente identificada con su sexo biológico»10, nosotros también podemos hacerlo.

Ante este panorama decidimos enviar la presente Carta al Editor de esta revista para hacer un llamado a la comunidad médica y científica acerca de esta problemática.

Autor para correspondencia: Teresita de Jesús Cabrera López, [email protected]

Latin American Journal of Clinical Sciences and Medical Technology es una revista internacional de acceso abierto que publica continuamente artículos en español e inglés, y se distribuye en línea y en versiones impresas. Es una herramienta científica y académica centrada en la investigación latinoamericana original, así como en temas de interés que sin duda enriquecerán la educación médica continua en el área geográfica mencionada anteriormente.

Misión. Presentar de manera accesible temas interesantes e investigaciones originales en ciencias clínicas por medio de procedimientos y tecnología digital que sean amigables para los autores, revisores y el lector.

Consulta el artículo original: https://lajclinsci.com/vD-4-10

REFERENCIAS

1.National Library of Medicine. Nacional Center for Biotechnology Information (NIH). [Consultado el 22 de diciembre de 2024]. Disponible en URL: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=transgender
2.Secretaria de Salud/Gobierno de México. Protocolo para el acceso sin discriminación a la prestación de servicios de atención médica de las personas lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual y guías de atención específicas. [Consultado el 16 de enero de 2025]. Disponible en URL: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/558167/Versi_n_15_DE_JUNIO_2020_Protocolo_Comunidad_LGBTTI_DT_Versi_n_V_20.pdf
3.Real Academia Española/ Asociación de Academias de la Lengua Española. Diccionario de la lengua española, vigesimotercera edición. Actualización 2024. Estigma. [Consultado el 01 enero 2025]. Disponible en URL: https://dle.rae.es/estigma
4.Goffman E. Stigma: Notes on the management of spoiled identity. Touchstone, Simon and Schuster: New York; 2009. p. 168.
5.Auditoria Superior de la Federación (Comité de Igualdad de Género). Camara de diputados. Guía practica de lenguaje incluyente y no sexista. [Consultado del 16 enero de 2025]. Disponible en el URL: https://www.asf.gob.mx/uploads/1823_Novedades_Editoriales/Guia_Practica_-_Lenguaje_Incluyente.pdf
6.Universidad Autonoma Metropolitana. Revista El Cotidiano/Revista de la Realidad Mexicana Actual. Rodríguez J. Definición y concepto de la no discriminación. 2025. [Consultado el 16 enero de 2025]. Disponible en URL: https://elcotidianoenlinea.azc.uam.mx/index.php/numeros-por-articulos/no-134-discriminacion-y-olvido/definicion-y-concepto-de-la-no-discriminacion
7.Blechinger DR. Understanding the LGBT Communities. En: Eckstrand K, Ehrenfeld J, editors. Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Healthcare. A Clinical Guide to Preventive, Primary, and Specialist Care.1a ed. USA. Springer, 2016: vol 1: p. 3-9
8.Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Guía de implementación: Consultorios amigables para la diversidad sexual. [Consultado el 22 de diciembre de 2024]. Disponible en el URL: https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/migration/ar/Guia–CADS-PNUD.pdf
9.Real Academia Española. La RAE presenta las novedades del «Diccionario de la lengua española», junto a una nueva imagen, en su actualización 23.8. [Consultado el 17 enero 2025]. Disponible en URL: https://www.rae.es/noticia/la-rae-presenta-las-novedades-del-diccionario-de-la-lengua-espanola-junto-una-nueva-imagen
10.11. Real Academia Española/ Asociación de Academias de la Lengua Española. Diccionario de la lengua española, vigesimotercera edición. Actualización 2024. Transgénero. [Consultado el 01 enero 2025]. Disponible en URL: https://dle.rae.es/transg%C3%A9nero?m=form

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx
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