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Encuesta de salud y nutrición durante la pandemia revela posibles afectaciones en la salud física, mental y emocional.

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) presentó los resultados de la Encuesta de Salud y Nutrición en menores de 12 años durante la pandemia por COVID-19 (ENSARS-CoV-2), la cual evaluó aspectos como alimentación, práctica de actividad física y conductas sedentarias, atención médica, morbilidad, medidas de mitigación y cuidados durante la pandemia.

Los resultados de la encuesta, que se puede consultar en https://bit.ly/3lrKgoZ, muestran que poco más de 80 por ciento de las personas a quienes se aplicó el cuestionario estaría dispuesta a aplicarse la vacuna contra COVID-19, informó el director general del INSP, Juan Rivera Dommarco.

El estudio se realizó durante septiembre y octubre del 2020, mediante un formulario electrónico, en el que participaron tres mil 007 madres y padres de familia o personas cuidadoras de menores de 12 años de las 32 entidades federativas.

Durante la presentación virtual, detalló que el propósito fue comparar los hábitos de la niñez antes del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia con los que tenían al momento de responder la encuesta.

Los resultados muestran que una tercera parte de menores de cinco meses se alimentan con fórmula infantil, y la principal razón señalada para utilizar este tipo de alimento fue el argumento “me quedé sin leche”, mientras que casi 96 por ciento de menores de dos años fueron alimentados con leche materna al menos alguna vez.

En el grupo de seis meses a dos años, el 58.6 por ciento recibió alimentación con fórmula infantil. De ellos, 28.3% por ciento recibía este producto entre tres y cuatro veces al día. Entre los principales alimentos consumidos también se encontraron frutas, verduras frescas, cereales y leguminosas, así como agua simple.

También se identificó que 23 por ciento reportó que las y los menores consumieron al menos 250 mililitros al día de refrescos o bebidas azucaradas.

Más de 95 por ciento de niñas y niños de dos a 11 años consumió al menos 11 grupos de alimentos, incluyendo los no recomendables; entre 60 y 70 por ciento reportó beber entre uno y cuatro vasos de agua natural al día, y más de 60 por ciento consumió refresco o bebidas azucaradas en un día promedio.

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Respecto a su salud, los principales síntomas de enfermedad reportados en todos los grupos de edad fueron diarreas y problemas intestinales, gripa, ronchas, picor o alergias y fiebre, entre otras.

Los factores detonantes de estrés en la niñez fueron las afectaciones en la economía familiar, cambios en la rutina diaria y pérdida del empleo de alguno de sus familiares.

De acuerdo con la información obtenida, se detectó que la convivencia entre menores y sus familiares aumentó al dedicar más tiempo a actividades de esparcimiento u ocio. Sin embargo, se observó que, en la mayoría de los casos, ahora la niñez come y se desvela más, comparado con el periodo previo al confinamiento. Además, realizan menos actividad física y pocas actividades de relajación o lectura.

Respecto a las medidas sanitarias de mitigación de COVID-19, un alto porcentaje de las personas responsables del cuidado de menores de edad mencionó la práctica del lavado de manos con agua y jabón, uso de cubrebocas y gel antibacterial.

Asimismo, se registró una elevada utilización de dispositivos electrónicos como televisión, tablet y celular como medio de entretenimiento, incluso en menores de dos años.

En cuanto a la educación durante la pandemia, destaca la relevancia que tiene el acceso a Internet, computadora, televisión o radio, para la continuidad de las actividades escolares desde casa, así como la participación de las madres para apoyar los procesos educativos de sus hijas e hijos, lo que contribuye a la carga de actividades adicionales a las laborales y domésticas.

El director general del INSP subrayó que este estudio contribuye a llenar los vacíos de información sobre el bienestar y desarrollo infantil en México e identifica áreas de oportunidad para enfocar los esfuerzos futuros.

La pandemia de COVID-19 ha modificado la dinámica de la convivencia, hábitos, prácticas educativas y estilos de vida de las familias que podrían repercutir en el deterioro de la salud y nutrición de este sector poblacional.

La directora general del Centro de Investigación y Encuestas del INSP, Teresa Shamah Levy, detalló que, para su análisis, la muestra se dividió en grupos de edad: preescolares de seis meses, de seis a 23 meses y de dos a cuatro años; escolares de cinco a siete años y de ocho a 11 años.

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández, expuso el acierto de la encuesta al brindar un enfoque diferencial que implica el análisis de los grupos poblacionales con diversas categorías en la edad y género, los cuales se deben de tomar en cuenta para impulsar políticas públicas.

Subrayó que los datos obtenidos sobre el uso de la tecnología desde edades tempranas tendrán un impacto de oportunidad, pero también muchos riesgos, ya que no se cuenta con protección pública alguna en torno a su acceso.

El jefe de Nutrición en Unicef México, Mauro Brero, señaló que la niñez en México enfrenta mala nutrición, baja talla, anemia y sobrepeso u obesidad, que tienen su origen en la mala alimentación en términos de calidad con consumo excesivo de alimentos ultra procesados con azucares añadidos.

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Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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