Neutropenia febril: un grave riesgo
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo; en 2008 causó 7.6 millones de defunciones, aproximadamente un 13% del total de muertes registradas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se prevé que el número de defunciones por cáncer siga aumentando en los años siguientes y se espera que la cifra supere los 13.1 millones en el 2030.
Una de las principales causas de los decesos en este tipo de pacientes es la neutropenia febril que consiste en la presencia de fiebre asociada a una disminución severa en sangre de los neutrófilos (llamados glóbulos blancos), cuya principal función es ayudar a prevenir y combatir las infecciones. Sin embargo la neutropenia febril (NF) incrementa el riesgo de adquirir contagios bacterianos y fúngicos, siendo la fiebre el primer síntoma.
Los pacientes con cáncer experimentan la neutropenia como efecto secundario de la quimioterapia. La quimioterapia actúa destruyendo las células cancerígenas que crecen rápidamente y a su vez afecta a las células sanas, como los neutrófilos.
La NF es considerada una urgencia médica y los pacientes afectados por esta condición son generalmente hospitalizados. La estancia hospitalaria promedio de los pacientes ingresados por esta causa oscila entre 6.8 y 8.7 días con un costo de $98,058 pesos por episodio.
El riesgo de muerte en los pacientes que experimentan neutropenia es 15% más elevado que en los pacientes que no la presentan. La tasa de mortalidad específica en los pacientes que sufren un episodio de neutropenia ha sido reportada en un rango de 5% a 20%; el riesgo aumenta conforme al número de comorbilidades y complicaciones severas resultantes de la infección.
La prevención de los episodios de neutropenia febril resulta más eficiente que el tratamiento de los mismos, una vez que éstos ocurren. La profilaxis primaria consiste en administrar un agente que reduzca el riesgo de neutropenia febril después de la quimioterapia (pero antes de que se presente la NF). Los agentes que se emplean con dicha finalidad son los factores estimulantes de las colonias de granulocitos (FEC-G), siendo filgrastim y pegfilgrastim dos de sus exponentes.
Al respecto, Fernando Carlos Rivera, miembro del Colegio Mexicano de Farmacoeconomía y de la Sociedad Internacional de Farmacoeconomía e Investigación de Resultados (ISPOR), detalló varios estudios realizados que sugieren identificar a los pacientes oncológicos con mayor riesgo de sufrir neutropenia febril y administrar profilaxis primaria con pegfilgrastim, ya que esta estrategia mostró ser la más efectiva y menos costosa.
La evidencia arroja datos contundentes:
Estudios frente a frente y diversos meta-análisis sugieren que pegfilgrastim ofrece significativamente mejores beneficios que cualquier esquema de filgrastim como profilaxis primaria de NF en pacientes con tumores sólidos o linfoma sometidos a quimioterapia
Los resultados obtenidos en la presente investigación muestran que tanto filgrastim (en esquemas de 6, 8 u 11 días) como pegfilgrastim (dosis única) confieren prevención de NF comparados contra la no administración de algún FEC-G. Todos estos esquemas resultaron costo-ahorradores frente a la decisión de no administrar profilaxis. Los mayores ahorros fueron identificados para el uso de pegfilgrastim como profilaxis primaria de NF y oscilaron entre $1,111 (Vs. filgrastim 11 días) hasta $9,766 (Vs. no profilaxis).
Los ahorros obtenidos con pegfilgrastim son consecuencia de una mejor prevención de NF. Al ser comparado contra filgrastim en esquemas de 11, 8 y 6 días, el uso de pegfilgrastim como profilaxis primaria de NF logró reducir en 47.6%, 60% y 66% la frecuencia de episodios de NF. Cuando el comparador consistió en no administrar profilaxis con FEC-G, la reducción fue de 70%.
El mayor gasto de adquisición en pegfilgrastim se vio más que compensado por la disminución en el número de episodios de NF que debieran ser atendidos. El mayor rubro de gasto en todas las estrategias analizadas fue, por mucho, la estancia hospitalaria.
Fernando Carlos Rivera aseveró que “la neutropenia febril es un problema grave de salud y se espera que durante las siguientes décadas aumente considerablemente su incidencia, debido al envejecimiento de la población y el consecuente incremento en el número de pacientes afectados por el cáncer. La forma más eficiente de enfrentar este problema, desde un punto de vista clínico y económico, es lograr una mejor prevención, administrando terapia profiláctica”.