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Marinela S. de Lerdo de Tejada

Considero que la sociedad en su conjunto, y principalmente las mujeres, tenemos que esmerarnos en todo lo posible para romper algunos mitos o falsos conceptos que existen sobre la mujer. Uno de estos mitos es el que considera que el liderazgo es propio del hombre y la sumisión es propia de la mujer.


 


Afortunadamente en México tenemos ejemplos muy importantes de liderazgo femenino. Cada vez son más las mujeres que llegan al Poder Legislativo o al Poder Ejecutivo. Son muchas las mujeres que están participando activamente en la empresa. Sin embargo, todavía no estamos completamente representadas en un 50 / 50. Lo que sabemos es que en las Cámaras estamos representadas en alrededor de un 23 por ciento. En los gobiernos estatales, la proporción es todavía menor.


 


¿Qué tenemos que hacer? En primer lugar, yo creo que las mujeres tenemos que estar convencidas de que podemos ocupar posiciones importantes dentro de la vida política,  en la empresa, o los diversos campos de actividad. Desde el punto de vista educativo tanto hombres como mujeres estamos en igualdad de circunstancias. Las estadísticas lo dicen: hombres y mujeres tenemos un nivel educativo similar. En México tenemos un promedio de 8.1 años de escolaridad, que no es tan malo si lo comparamos con el de otros países. Entonces yo me preguntaría ¿por qué no estamos en los altos puestos de las empresas o en otros ámbitos?


 


Mi tesis es que las mujeres debemos tener confianza en nosotras mismas; estar convencidas  de que es posible romper el %u201Ctecho de cristal%u201D que nos separa de los hombres, y que podemos estar en los altos puestos directivos en las empresas, los negocios, la política, la cultura, la investigación. No tenemos por qué quedarnos rezagadas. Pero para eso debemos tener suficiente confianza en nosotras mismas, y romper esos falsos conceptos.  También creo que para romper estos mitos es necesario que tengamos ciertas políticas que nos ayuden, como tener horarios más o menos flexibles o más guarderías para los hijos de las mujeres trabajadoras.


 


No nada más tenemos que cambiar cuestiones estructurales de la sociedad, sino también esa actitud en las mujeres que todavía sienten que no van a poder. Hace falta esa estructura mental nueva en la mujer, en donde crezca con la confianza en ella misma, no es tanto la sociedad la que nos frena, sino que muchas veces somos nosotras mismas quienes  no nos damos la oportunidad de enfrentar y ocupar esos puestos importantes.


 


Mi invitación es que las mujeres mexicanas no nos excluyamos antes de tiempo. Por el contrario, debemos creer que podemos y que es posible un balance o un equilibrio entre el trabajo y el hogar, que no se contraponen. Que nos organicemos, que busquemos apoyos para lograrlo, sin perder la vida familiar.


 


Hay mujeres líderes en el mundo que son ejemplo a seguir. Uno de ellos es Indra K. Nooyi directora mundial de Pepsi Cola. Ella compartió recientemente sus experiencias y nos platicaba que ha podido combinar muy bien su liderazgo en su empresa con su vida familiar. Además, a partir de ese liderazgo ella ha realizado cambios importantes dentro de su empresa para apoyar a las mujeres al hacer más humano el ambiente laboral. Y si Indra lo ha hecho yo creo que nosotras también lo podemos hacer. No es necesario que renunciemos a nuestra vida familiar. Mi mensaje es una invitación a la confianza y autoestima de todas las mujeres.


 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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