Los altos índices de contaminación de La Ciudad de México podrían afectar sensiblemente la capacidad olfativa de sus habitantes, es por ello la importancia de que las nuevas generaciones de científicos y estudiosos de estos temas colaboren en la toma de medidas y propuestas para la mejora de la calidad atmosférica, y urbana.
Adriana Lobo Almeida, directora del Centro de Transporte Sustentable de México (CTS), comentó que una de las inquietudes que una de las inquietudes de CTS es encontrar y promover todas las opciones que nos permitan %u201Cmodificar nuestra forma de movernos en las ciudades. Tenemos que caminar más, usar más la bicicleta y dejar de usar el auto de una forma irracional%u201D
En entrevista radiofónica el 20 de abril, Lobo Almeida comentó que uno de los retos mayores que se tienen en CTS-México, es hacer propuestas y apoyar las iniciativas que combatan las enfermedades crónicas, %u201Cya que el 60% de las muertes en el mundo están relacionadas con estas y eso viene de dos factores, la alimentación y la falta de ejercicio físico; y es que en lugar de caminar para hacer nuestra vida, usamos nuestro auto todo el tiempo%u201D.
Lobo Almeida hizo un llamado a la sociedad civil y a organismos interesados en participar en el III Concurso de Ciudades Activas y Saludables, con la finalidad de que quienes tengan algo que aportar en este tema de %u201Cgran relevancia mundial%u201D, actúen en beneficio de las mejoras de calidad urbana y de %u201Cmovilidad amable%u201D, que dijo, van siempre %u201Cen pro de nuestra salud%u201D.
Una de las áreas en las que la emisión de contaminantes tiene gran impacto, pero que se ha estudiado muy poco a nivel mundial, es el sentido del olfato, sin embargo, un estudio realizado en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM reveló que los habitantes de la Ciudad de de México sufren una disminución en su capacidad olfativa provocada por las emisiones, sobre todo de Ozono.
Impacto a la salud
Robyn Elizabeth Hudson del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) habló sobre un estudio que coordinó, denominado Effect of Air Pollution on Olfactory Function in Residents of Mexico City, del que se desprenden datos que ilustran la afectación que tienen los contaminantes en perjuicio de la capacidad olfativa de los habitantes de grandes urbes.
El estudio consistió en comparar la capacidad olfativa de 82 habitantes del Distrito Federal y 82 habitantes del estado de Tlaxcala. Lo anterior, porque los investigadores consideraron ambas entidades tienen similitudes, pero en cuando a la calidad del aire, consideraron a Tlaxcala como una %u201Cregión control%u201D, ya que los índices de contaminación de este lugar, son menores a los que se tienen en D.F.
Los participantes olieron varios líquidos -fresa, mango, naranja, café, horchata y atole-, el propósito fue identificar el líquido que se estaba analizando. Se clasificaron tres etapas diferentes para conocer el resultado: Identificación, detección y descripción.
En todos los aspectos evaluados, la gente de Tlaxcala mostró mejores capacidades olfativas.
La diferencia más dramática de esto, se dio en los sujetos cuya edad oscila entre los 20 y 29 años y menor en los sujetos de mayor edad; lo que se puede deber a que el Ozono es la mayor causa de contaminación en México y son los más pequeños, quienes están expuestos a actividades al aire libre.
Según Marco Guarneros Roniger, quien colaboró con Hudson para la realización de esta investigación, es significativo como los residentes de ambas urbes tienen capacidad olfativa diferente y aunque como lo indica el estudio no existe evidencia plena de que ello se deba a la contaminación, es una explicación bastante lógica de ello
Guarneros agregó que los resultados hablan, en algunos casos, de la merma en una de las funciones más importante del sentido del olfato, que es la que evalúa la calidad de los alimentos.