México D. F., 22 de noviembre (Redacción Salud Mundo de Hoy).- Un artículo publicado en el “Journal of the American Medical Association” advirtió sobre el peligro que implica el que gente sin entrenamiento aplique dosis de Botox con fines cosméticos. El artículo denunció cuatro casos de pacientes que recibieron dosis más altas de las consideradas como letales, además de que la toxina que se les administró originalmente estaba destinada al uso de laboratorio, según reveló una investigación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) con sede en Atlanta, Estados Unidos.
En estos cuatro casos, se encontró que los pacientes habían recibido inyecciones de una preparación altamente concentrada y no autorizada de la toxina botulinum A, la cual no estaba autorizada para uso en seres humanos, pues su destino era la investigación en laboratorio.
El mal uso de la toxina fue responsabilidad de un médico (cuya identidad y centro de trabajaron no se dieron a conocer) que cambió la etiqueta de un fármaco, por lo que fue sentenciado a tres años de prisión tras declararse culpable.
El médico administró entre cuatro y seis dosis a tres pacientes y a sí mismo, con fines cosméticos. Los cuatro mostraron síntomas de debilidad progresiva y anormalidades en los nervios de los músculos faciales, además de inflamación. Dos de ellos presentaron problemas para respirar.
De acuerdo con los expertos de los CDC, estas personas recibieron dosis mucho más altas de la considerad como letal para los seres humanos que, aunque se desconoce con exactitud, se piensa que es alrededor de 40 microgramos por kilo de peso corporal. Las pruebas realizadas a los pacientes mostraron que éstos tenían niveles de la toxina en sangre de hasta 43 veces la dosis mortal.
Los expertos señalaron que el caso de Estados Unidos no es aislado, y puede ocurrir en cualquier país, ya que los tratamientos con Botox son cada vez más solicitados. Desgraciadamente, no existe una regulación que evite que gente no calificada los realice.
El Botox, nombre comercial de la toxina botulinum A, causante del botulismo, una enfermedad que puede causar la muerte debido a sus características paralizantes. La toxina se inyecta en pequeñas cantidades con el objetivo de bloquear las transmisiones nerviosas y con ello reducir las contracciones de los músculos faciales, las cuales originan las arrugas.
Los especialistas advirtieron que tanto médicos como pacientes deben estar conscientes de los peligros asociados con el mal uso de la toxina botulínica, de igual forma que con el uso de cualquier otro fármaco. (Fuente: BBC Mundo)
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