Pruebas modulares contra COVID-19, una medida preventiva necesaria
El proceso de vacunación en México ha significado un respiro ante la crisis sanitaria causada por el virus SARS-COV2. Sin embargo, los casos a nivel mundial continúan documentándose. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la variante Delta ha sido detectada en 98 países.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que la variante dominante está presente en el 67% de los casos en México, desplazando a otras variantes de preocupación, como la Alpha, Gamma y Beta.
Al 21 de septiembre, las autoridades mexicanas registraron 3 millones 785 mil 282 casos acumulados de COVID-19. Al momento, hay 60 mil 434 casos activos, de los cuales el 49.95% son mujeres y el 50.05% son hombres.
En este contexto, es importante continuar con las medidas sanitarias: lavar tus manos, mantener la distancia, utilizar cubrebocas cuando estés fuera de tu casa, y hacer una prueba molecular en caso de presentar sintomatología o al estar en contacto con casos confirmados.
“Las pruebas moleculares (prueba PCR o prueba rápida de amplificación isotérmica) son una primera línea de defensa fundamental,” señaló el doctor Oscar Guerra, director médico de Diagnósticos rápidos de Abbott para Latinoamérica. Además, agregó que “deben implementarse en el contexto de otras prácticas de higiene, como el uso de la mascarilla o lavarse las manos, pues de ninguna manera las reemplaza. A mayor número de pruebas aplicadas, más se podrá detectar el virus. Es simple matemática. Porque en cualquier momento, cualquiera puede infectarse.”
Una encuesta realizada a finales de 2020 registró que el 82% de los participantes estuvo de acuerdo con que las vacunas contra el COVID-19 serán más eficaces si al mismo tiempo se continúan realizando pruebas. Además, el 73% apuntó que una vacuna no puede tener éxito sin otras medidas de precaución.
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Por su parte, el 66% indicó que la prueba rápida de antígeno COVID-19 es una herramienta fundamental para combatir la pandemia, debido a su capacidad para detectar a las personas más infecciosas. Mientras que el 86% comentó que las pruebas que detectan al virus desempeñarán un papel importante en la lucha contra la pandemia mientras esperamos que las vacunas estén ampliamente disponibles.
Se recomienda “que mientras continúa el proceso de vacunación se realicen pruebas moleculares en el punto de atención. En este momento es importante que sigamos combatiendo el virus para que las personas que comienzan a regresar al trabajo y a la escuela puedan sentirse seguras“, declaró el doctor Arturo Jáuregui, infectólogo y catedrático de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
En Estados Unidos, Europa y en países latinoamericanos, como Bolivia y Paraguay, las autoridades han aprobado la disponibilidad de pruebas rápidas “self-test” o de auto aplicaciónpara detectar el COVID-19. Éstas pueden ser aplicadas en niños menores de 14 años, convirtiéndose en una herramienta adicional para combatir la pandemia y reducir el impacto económico provocado por la implementación de medidas de aislamiento o cierre de actividades.
“Lo que vimos a principios de año es que a medida que la pandemia continúa y la gente siente una mayor urgencia de volver a la normalidad, tenemos que aumentar nuestra capacidad para observar lo que podemos construir, por lo que seguiremos analizando cómo podemos expandir nuestra capacidad para seguir combatiendo esta pandemia y satisfacer lo que el mundo necesita para mantenernos saludables,” explicó el doctor Oscar Guerra.
En este contexto, Abbott ha lanzado ocho pruebas de COVID-19 para uso de emergencia y ha realizado más de 300 millones de pruebas en todo el mundo desde el inicio de la pandemia.
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DZ