La caries es una enfermedad dental infecciosa
crónica que consiste en la pérdida de minerales y desintegración de los tejidos
dentarios calcificados, este proceso da como resultado, la destrucción final
del diente, desde su superficie hasta el interior. En su mayoría es provocado
por la combinación de bacterias existentes en la boca con restos de líquidos
dulces y alimentos.
El área de Estomatología del Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente señala que la caries
causada por el biberón se conoce también como la caries dental del bebé o
caries de biberón y afecta a la dentición primaria de los niños, es decir a los
dientes de leche.
La principal causa de este padecimiento es
que los dientes de un niño se encuentran expuestos con frecuencia a los
líquidos azucarados por periodos prolongados, como la leche comercial y la
materna, jugos y otras bebidas dulces, también afecta el uso del chupón
endulzado, sobre todo si es con miel o mermelada y, por supuesto, la falta de
higiene.
Este tipo de caries es indirectamente
ocasionado por los padres que, para entretener a los pequeños cuando están
inquietos, lo primero que hacen es darles el biberón, generalmente con leche o
jugos comerciales o algún chupón endulzado
y se los dejan en la boca hasta que se duermen e incluso mientras están
dormidos.
Cuando los pequeños duermen, en ese periodo
la succión disminuye, lo mismo que la secreción y el flujo salival, lo que
provoca que el líquido y el azúcar se queden en contacto con los dientes por
más tiempo, dando inicio a la desmineralización de las piezas dentales, todo ello
se complica con la poca o nula higiene dental, refiere el estomatólogo.
Para conservar sanos los dientes de los
pequeños, lo primero es que los padres estén informados, deben saber que es
necesario practicar la higiene bucal del pequeño limpiándole las encías con el
dedo índice envuelto en una tela perfectamente limpia o en una gasa estéril, a
modo de cepillo, frotando por todas las caras y bordes de la encía.
Lo anterior se debe hacer desde la primera
vez que se alimente al bebé y después de cada comida, para que la cavidad bucal
se mantenga limpia e ir creando así un hábito de higiene que permanecerá toda
la vida. La limpieza de este tipo debe continuar hasta aproximadamente los seis
meses de edad, etapa en la que aparecen los primeros dientes.
Una vez que el pequeño tenga dientes, habrá
que empezar a limpiarlos con un cepillo suave, se pondrá pasta dental especial
para niños en cantidad semejante al tamaño de un chícharo, todo este proceso
siempre debe estar supervisado por un adulto.
Es recomendable que a partir de los tres
años, los pequeños acompañados por sus padres, acudan a consulta dental a su Unidad de
Medicina Familiar para que el estomatólogo pueda revisar la salud bucal y
aplicar tópicamente el flúor, sustancia que protege a los dientes y cuya
aplicación debe realizarse periódicamente cada seis meses aproximadamente.