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Masturbación femenina, lícita y sana

Se entiende por masturbación la estimulación y/o autoestimulación, directa o indirecta de las zonas erógenas, con el objetivo de obtener y/o proporcionar placer.

La mayoría de los hombres practican el onanismo, pues son ellos quienes manifiestan tener más afición y constancia. Pero, ¿qué pasa con la masturbación femenina? ¿Las mujeres se masturban con menos frecuencia que los hombres? ¿Existe menor número de mujeres que se masturban o es una práctica que permanece en íntimo secreto? 


Son muchas y muchos los que se plantean este tipo de cuestiones que quizás queden despejadas con las siguientes consideraciones:

Estimulación externa e interna . Son muchas las mujeres que se masturban estimulando directamente los genitales, bien con la mano o con algún objeto, como pueden ser los vibradores. 


La estimulación en la zona externa suele realizarse acariciando el clítoris y la vulva. Y la estimulación interna, con introducción del dedo u objeto. Estas prácticas suelen ir acompañadas de caricias en diferentes partes del cuerpo. 

La masturbación explícita es practicada por gran número de mujeres aunque existe un porcentaje considerable que guarda las prácticas en secreto y en rigurosa intimidad.

Estimulación indirecta de los genitales . La estimulación indirecta de los genitales también es una forma de obtener placer. En este tipo se encuentran gran parte de las mujeres que no reconocen que se masturban o que ni siquiera lo consideran conductas masturbatorias. 


La estimulación suele darse apretando los muslos y contrayendo la pelvis, también realizando presión sobre la vulva con la palma de la mano, como si de continencia urinaria se tratara. En algunas situaciones, la ducha puede ser una ocasión placentera al manipular la presión del agua sobre la zona genital y recrearse en las sensaciones que se experimentan.

Otro tipo de conductas indirectas que son frecuentes en las prácticas de exploración y de iniciación entre niñas y adolescentes son los frotamientos de genitales sobre la cama. Para estimularse se ayudan de movimientos rítmicos, frotamientos sobre la silla, buscando los bordes con el balanceo del cuerpo.

En muchos casos, se mantiene este tipo de conductas estimulatorias en edades adultas, ya que es una forma de obtener placer menos culpabilizadora que la manipulación directa de los genitales y pechos.

Práctica extendida . Casi todas las mujeres han realizado algún tipo de conducta de las descritas alguna vez en su vida, con la finalidad de estimular las zonas erógenas del cuerpo y de experimentar así sensaciones placenteras y excitantes.La culpabilidad y vergüenza paralizan en bastantes mujeres las conductas autoerógenas. Algunas aprenden a disfrutar de sus genitales tras las primeras relaciones sexuales pero también están aquellas que se permiten disfrutar de las relaciones sexuales en pareja e inhiben el placer sexual con una misma. En estos casos, en la mujer persiste un fuerte peso social y educacional que reprime el goce, disfrute y deleite del propio cuerpo.


Lo esencial es aceptar la sexualidad como algo saludable y positivo. La Organización Mundial de la Salud y los terapeutas sexuales recomendamos su práctica, siendo la persona autónoma y responsable de cómo quiere vivir su sexualidad y del uso que quiere hacer de ella.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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