Precisó que el IMSS tiene fuertes presiones financieras provenientes del régimen de jubilaciones y pensiones de los propios trabajadores del Instituto contratados antes de 2008 y un deterioro en los ingresos para solventar el gasto de los seguros médicos.
“La situación financiera que hoy vive el IMSS es la más delicada de toda su historia… el riesgo es real. De no hacer cambios al sistema en el corto plazo, veremos comprometida nuestra capacidad para atender las necesidades de nuestro derechohabiente”, afirmó Karam.
Reconoció la decisión del Congreso, de aprobar en la Ley de Ingresos al IMSS la posibilidad de que instituto transfiera el excedente de las reservas de los seguros superavitarios a aquellos que son deficitarios.
“Se trata de que los seguros de invalidez y vida y riesgo de trabajo no generen recursos ociosos que podrían utilizarse en las demandas de salud de la derechohabiencia”, dijo.
Sin embargo, dijo que esa medida sólo permite ganar tiempo y capacidad operativa al IMSS, pero no es solución definitiva para salvar al Instituto y llamó a los sectores laboral, patronal y gobierno a emprender una nueva reforma al IMSS.
“Si queremos dotar de viabilidad y larga vida al Instituto, entonces necesitamos emprender reformas de mayor alcance en un contexto de apertura, pluralidad, responsabilidad y disposición al diálogo constructivo”, agregó.
La reforma, dijo, debe emanar de un diálogo que congregue a todos los actores políticos para sumar voces y propuestas en torno a la construcción de un IMSS cada vez más fuerte y longevo.
Detalló que el pasivo laboral contingente del IMSS asciende a 1.3 billones de pesos.
