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México, sin políticas públicas que prevengan los accidentes automovilísticos.

En México no existe una política pública en materia de prevención de accidentes de tránsito, y la situación es grave porque este tipo de percances provocan anualmente alrededor de 15 mil muertos y 100 mil heridos, aseguró el investigador del Instituto de Geografía (IG) de la UNAM, Luis Chías Becerril.

El problema debería ser considerado una emergencia nacional; deriva en graves daños sociales, económicos y ambientales, porque los decesos ocurren entre la población más productiva del país, es decir, el segmento entre los 15 y 45 años de edad, explicó.

Se debe considerar que algunas personas quedan discapacitadas permanentemente, y como son jefes de hogar afectan la economía de su familia, o la dejan en orfandad; %u201Choy en día, estos incidentes se ubican en el tercero o cuarto lugar de causa de defunción en el país%u201D.
Chías Becerril señaló que en algunos sucesos se pueden involucrar productos tóxicos que generan daños ambientales; camiones que transportan estos materiales puede colisionar y verter las sustancias en la atmósfera.

En el 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que los accidentes de tránsito son una pandemia, porque a nivel mundial resultan un problema grave.

Además, estimó que pueden alcanzar un costo económico del 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

Los accidentes, prevenibles

En México se debe cambiar el paradigma con el que se analizan, porque se consideran aleatorios, lo que implica que no se pueden tomar medidas de prevención; pero esa concepción es falsa, porque son eventos estocásticos y se cuenta con información que permite prevenirlos.

Es verdad que una parte de ellos son aleatorios, reconoció, pero la mayoría se conoce dónde ocurren, a qué hora, qué tipo de vehículos intervienen, las lesiones que se generan, dónde se registran más lesionados o defunciones, y si el conductor iba en estado de ebriedad, entre otros factores.

Se afirma que más del 80 por ciento de las causas de percances automovilísticos sucede por errores humanos, pero no es del todo cierto, señaló, porque un accidente no es por una causal, sino que intervienen varios factores de riesgo, como fallas en el vehículo, condiciones del camino o agentes climatológicos adversos.

%u201CEs un fenómeno más complejo de lo que parece a primera vista, y son eventos totalmente prevenibles; por ejemplo, en Japón o Suiza el porcentaje de incidentes es del 60 por ciento, mientras los países nórdicos cuentan con políticas de cero accidentes; es verdad que esta meta es difícil, pero se puede lograr%u201D, subrayó Luis Chías.

En cambio, en México somos reactivos, cuando deberíamos ser preventivos, porque sólo cuando ocurre el accidente se suele reaccionar; entonces, se lleva el coche al mecánico, al lesionado lo trasladan al hospital, o se pavimenta el camino, %u201Cpor este motivo, tiene que haber una política pública preventiva%u201D, exhortó.

Es un problema serio, pero no se le ha prestado la atención debida; incluso, puede parecer que la sociedad ya se habituó, y hasta considera que es uno de los costos por tener altos niveles de movilidad.

En apariencia, su impacto no resulta catastrófico porque genera el efecto de goteo, es decir, los muertos y heridos se distribuyen a lo largo del año; no obstante, es una complicación nacional y emergente que debe ser atacada.

Mayor investigación, menos accidentes

Es necesario que las universidades y centros incrementen su estudio sobre accidentes automovilísticos, porque a partir del conocimiento se puede realizar la prevención, afirmó el especialista.

El IG, argumentó, cuenta con un equipo de investigación sobre Geografía de Inseguridad Vial; en 2004, la OMS financió el disco compacto Atlas de la Inseguridad Vial en México, Cartografía para su Prevención, que contiene información sobre el tipo de incidentes que predominan, la frecuencia y cuáles son las zonas más peligrosas.

Este grupo presentó el estudio Diagnóstico Espacial de los Accidentes de Tránsito en el Distrito Federal, donde se exponen las calles más peligrosas de cada delegación, el nivel de intersecciones, dónde ocurren, a qué hora, y qué tipo de evento se presenta, entre otros datos.

De acuerdo con la Teoría de Proporciones de Pareto, explicó Chías Becerril, se puede estimar que el 80 por ciento o más de los accidentes se concentrarán en el 20 por ciento de las calles. Se conoce que el DF cuenta con alrededor de 168 mil intersecciones.

Por tanto, para prevenir el cinco por ciento de accidentes se debe trabajar con 43 intersecciones; para erradicar el 10 por ciento son necesarias 86; y para el 20 por ciento se tendría que actuar en 200, concluyó.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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