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En el 2007 se entierran 7 %u201Cmitos médicos%u201D

%u201CUn ligero recordatorio tanto para la gente como para los médicos, de que no debemos creer algo sólo porque lo hemos escuchado anteriormente” 


Creencias que han pasado de generación en generación.  


Se nos ha dicho siempre que debemos tomar ocho vasos de agua al día, y que no debemos leer con poca luz porque estropeamos nuestros ojos.



Pero realmente tenemos que tomar mínimo 2  litros de agua al día como se nos ha hecho creer, durante tantos años? 


Nuestros hijos se pueden quedar  medio-ciegos por leer con poca luz? 


También algunas personas  nos han afirmado que sólo usamos 10% de nuestra capacidad cerebral. 


Pero… ¿son ciertos estos y otros mitos médicos?  


Especialistas en Estados Unidos se pusieron a investigar estas y otras creencias que han pasado de generación en generación.  


Y después de revisar la literatura médica relacionada con cada una de estas 3 ideas, no encontraron evidencia científica que comprobara que fueran verdaderas.  


El estudio -llamado “Enterrando los mitos médicos”- fue llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de Indiana y aparece publicado en la Revista Médica Británica.  


Los investigadores exploraron siete creencias que no sólo son aceptadas por la población en general sino también por los expertos.  


“Nos dimos cuenta de que en la comunidad médica circulaban muchas ideas que realmente nunca habían sido comprobadas”, dijo a la cadena noticiosa BBC Ciencia la Dra. Rachel Vreeman , una de las autoras del estudio.  


“Así que decidimos lanzar este estudio como un ligero recordatorio tanto para la gente como para los médicos, de que no debemos creer algo sólo porque lo hemos escuchado anteriormente”, agrega.  


Muchos de estas ideas médicas han logrado atravesar fronteras y se creen en muchas partes del mundo


.


1) Ocho vasos de agua al día  


“Por ejemplo, que debemos tomar ocho vasos de agua al día” explica el doctor Aaron Carroll, coautor del estudio.  


“Esto es algo muy popular que no sólo hemos visto impreso en los medios de comunicación sino también hemos escuchado a muchos expertos recordándonos que no tomamos suficiente agua, que debemos tomar al menos ocho vasos”, agrega el doctor Carroll.  


“De hecho descubrimos que este número -ocho- ha sido hasta cierto punto inventado”.  


Los autores no encontraron evidencia científica que apoyara la necesidad de tomar tanta agua al día.  


De hecho, afirman, los estudios revelan que obtenemos suficiente agua de los alimentos que consumimos, o de bebidas como jugos, leche, e incluso té o café descafeinado.  


“No es que necesitemos tomar agua pura, lo que necesitamos es tener líquido en nuestra dieta”, señala el experto.  


“Y de hecho encontramos que lo que los estudios demuestran es que nuestro cuerpo es muy bueno para regular cuánta agua necesitamos, y por eso nos indica cuando tenemos sed”.  


2) Leer a %u201Cmedia luz%u201D 


Y ¿quién no ha escuchado la advertencia de no leer a “media luz” porque dañamos nuestros ojos?  


“Tampoco es cierto eso -afirma la doctora Vreeman- a pesar de que casi todos lo hemos escuchado de nuestros padres”.  


.


“Pero no hay evidencia que lo compruebe -agrega- y lo que sabemos es que cuando leemos con poca luz forzamos nuestros ojos y esto causa un estrés temporal que puede resecar o irritar los ojos”.  


“Pero cuando regresamos a condiciones normales de luz ese estrés temporal desaparece y no queda ningún daño permanente”, dice Vreeman.  


Leer en ambientes con luz tenue arruina la vista. La mayoría de los expertos en visión cree que es poco probable que esto produzca un daño permanente a los ojos, aunque podría generar estrabismo, mayor parpadeo y problemas para enfocar, dijeron los investigadores. 
 


3) No aprovechamos  al 100% nuestra capacidad mental 


Es un mito que sólo usemos 10% de nuestra capacidad cerebral 


¿Que usamos solamente 10 por ciento de nuestro cerebro? %u2013Se preguntan divertidos los especialistas- . Este mito proviene de 1907, pero las imágenes de la región corporal muestran que ninguna zona del cerebro permanece quieta o completamente inactiva. 


El doctor Gram. F. Drene, profesor asociado de urología del Colegio de Medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, admite que se vio tentado a creer en el mito del 10 por ciento del cerebro, sobre todo cuando escuchó que el planteamiento fue atribuido a Aubert Einstein (falso), a pesar de que Greene colabora con la página web de su universidad dedicada a echar por tierra a los mitos. %u201CSin embargo, el cerebro todavía es un gran misterio en términos de capacidad%u201D, señala el doctor Greene. 


%u201CAún estamos aprendiendo sobre él%u201D, añade. 


Y ¿estamos realmente desaprovechando nuestro potencial cerebral como se nos ha hecho creer a través de generaciones?  


“¡Falso! -Afirma la investigadora- a pesar de que nos gustaría que fuera cierto porque entonces la gente sentiría que no ha alcanzado todo su potencial cerebral”.  


“Pero al analizar una serie de estudios de imágenes computacionales y escáneres de resonancia magnética no pudimos encontrar ninguna zona “durmiente” en el cerebro”.  


“O si analizamos las células o neuronas de un individuo no encontramos áreas inactivas o zonas que no estuvieran funcionando” agrega la experta.



Los  otros  cuatro mitos falsos son la idea de que el cabello y uñas continúan creciendo después de la muerte. Afeitar  piernas o barba hace que su vello vuelva a crecer más rápido. Los celulares interfieren en el equipo medico o bien que el que comer  pavo %u201Cda sueño%u201D 


Estas conocidas teorías se encuentran entre los siete %u201Cmitos de la medicina%u201D expuestos en el mencionado escrito aparecido en  el British Medical Journal, que suele publicar este tipo de artículos en su edición navideña, desde hace varios años. 


Los investigadores estadounidenses tomaron estas siete creencias muy comunes y se acercaron a diversos archivos para buscar evidencia al respecto. 


.La completa falta de evidencia fue registrada en un estudio publicado en primera instancia en el American Journal of Psychology 



4) El cabello y uñas continúan creciendo después de la muerte


También está el mito de que las uñas y el pelo sigue creciendo después de la muerte, el llamado efecto Drácula. 


Lo que ocurre en realidad, escriben Vreeman y Carroll, es que la piel se retrae tras la muerte, dando la ilusión de crecimiento. Forma parte de algo que sucede durante la vida también, los dientes %u201Cse alargan%u201D, no porque los dientes viejos crezcan, sino porque las encías que los soportan se encogen. 


“El crecimiento de cabello y uñas requiere de un complejo proceso de regulación hormonal que deja de funcionar al morir”, señalan.  


El crecimiento de cabello y uñas  después de la muerte puede ser solamente una ilusión óptica causada por el retroceso de la piel del muerto, afirman los investigadores.  
 
 
 


5) Afeitarse hace que el vello crezca nuevamente más rápido y con mayor grosor. 


Otra ilusión óptica es la creencia de que rasurarse causa que el pelo crezca más áspero y más rápido


.


El Dr. Greene recuerda cómo su madre advertía a sus hermanas contra otro mito acabado en la %u201CBritish Medical Journal%u201D: de que el vello que se rasura crece de nuevo más áspero y oscuro. 


El mito persiste aunque estudios controlados que datan desde 1928 han mostrado que no existe diferencia en cuanto al crecimiento y textura del vello rasurado y el no rasurado. 
 


La maquina afeitadora no afecta el espesor o la tasa de regeneración del cabello, indican los estudios. No obstante, el vello que crece luego de afeitarse carece de la punta más fina que posee el cabello sin rasurar, lo que genera la impresión de que es más espeso.  


“Nunca hubiéramos creído que se trataba de un mito, pero encontramos varios estudios que han comparado parches de cabello que crece después de rasurarse y otros sin rasurarse”, explica Rachel Vreeman.  


Se descubrió que el cabello rasurado no crece más rápido y nace sin una punta muy fina que se encuentra en el cabello sin rasurar, lo cual de la impresión de ser más grueso y más áspero


.


6) Los teléfonos móviles son peligrosos en los hospitales.



Pese a la gran preocupación, una serie de estudios hallaron que la interferencia de los teléfonos celulares con el equipamiento médico es mínima.



. “Se cree que los teléfonos celulares pueden crear un campo electromagnético donde se encuentran y por esto mucha gente asume que su uso es peligroso en hospitales porque pueden causar interferencia con el equipo médico”, explica el doctor Carroll.  


“Pero se han hecho muchos estudios detallados que demuestran que el teléfono debe estar muy cerca del equipo para causar un error, y estos errores aunque detectables, no son clínicamente importantes”, dice el investigador.  
 


La próxima vez, no crea esas advertencias en los hospitales que prohíben el uso de teléfonos móviles, sugieren los investigadores (habría que convencer primero a médicos, enfermeras y autoridades  hospitalarias) que estuvieron al frente de esclarecedor estudio:


Aaron Carroll, profesor asistente de Pediatría del Instituto Regenstrief en Indianápolis, y Rachel Vreeman, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana. Quienes


develan estos mitos médicos y echan por tierra creencias arraigadas, por generaciones entre la población mundial. 
 


7) Comer pavo da sueño 


Hay un aire de verisimilitud científica en torno a otro mito citado por Vreeman y Carroll: comer pavo estimula el sueño. 


Este es un mito muy arraigado, sobre todo en la población anglosajona, en particular británica: comer pavo da sueño.  Aquí en América Latina, para mas de la mitad de la población  comer  Guajolote (pavo),  no da sueño, da felicidad 


%u201CSupuestamente esto ocurre porque el pavo es rico en un aminoácido inductor del sueño llamado triptófano, pero su contenido no es lo suficientemente alto como para afectar a una persona%u201D, explica Vreeland. 


%u201CEs probable que el vino que acompaña al pavo en la celebración del Día de Acción de Gracias sea el verdadero responsable de este sopor%u201D, concluye 
 


Comer pavo da sueño ¡falso! El alimento posee un aminoácido llamado triptófano que está involucrado en el sueño y el control del humor. Pero el pavo no tiene más cantidad de ese aminoácido que el pollo o la carne picada. Comer y beber mucho en Navidad es verdaderamente la causa de la somnolencia. Así que este 31 de Diciembre, si les da sueño, no le echen la culpa al pavo, sino a los tragos, los tragones y el estres.  


¡Feliz año 2008! 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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