Los expertos coinciden en que todos los tumores GIST, incluso aquellos que parecen benignos en el diagnóstico, tienen un potencial amenazante para la vida.
Históricamente, la cirugía (resección) era la única opción terapéutica para GIST debido a que los tratamientos convencionales, tales como la quimioterapia y la radiación tenían efectos mínimos.
A pesar de que la cirugía sigue siendo el principal tratamiento de GIST hay una tasa de recurrencia general de 90% en la mitad de los pacientes en un lapso de dos años después de la intervención.
Imatinib está aprobado en más de 90 países incluidos Estados Unidos, la Unión Europea y en otros países para el tratamiento de pacientes con tumores GIST que no se pueden extirpar quirúrgicamente o que ya se han diseminado a otras partes del organismo (metástasis).
Un ensayo clínico promovido por el Nacional Cancer Institute (NCI) de Estados Unidos, en el que participaron un gran número de centros oncológicos dirigidos por el American College of Surgeons Oncology Group, demostró que el 97 por ciento de los pacientes que recibieron Imatinib, como terapia adyuvante después de la cirugía del tumor GIST, no experimentó recaída del cáncer en comparación con el aproximadamente 83% de los pacientes que recibieron placebo durante un año.
En el 40 y el 50% de los casos tratados con Imatinib, la enfermedad deja de crecer y comienza a disminuir de tamaño. En otro 25-30% de los casos el tumor deja de crecer y se estabiliza. La disminución de tamaño suele se paulatina pero constante. En muchos casos, el volumen del tumor y de las metástasis sigue disminuyendo poco a poco, incluso meses después de haber comenzado el tratamiento.
Imatinib y otros fármacos han abierto la puerta de la oncología médica a una generación de drogas anticancerosas enteramente nueva. Medicamentos diseñados para atacar a un punto vulnerable en la cadena de acontecimientos moleculares que lleva al cáncer. Con frecuencia, estos nuevos fármacos se consumen por vía oral en lugar de recibirse como goteros de quimioterapia, carecen de la toxicidad de ésta y se pueden consumir crónicamente.
