Riesgos del estrés durante el embarazo
Por Teresa Vargas
México, D.F., (LaSalud.com.mx).- El estrés se transmite de padres a hijos, afirman especialistas en el tema. Se ha demostrado también que el estrés se “contagia” más intensamente durante los nueve meses de gestación, pues un bebé no sólo puede padecer estrés, sino nacer con él.
Durante los nueve meses de embarazo, el feto se ve afectado por las emociones y sentimientos maternos. Como resultado, queda condicionada la estabilidad emocional del futuro bebé.
Así, la ansiedad, depresión, angustia o el temor que pueda sufrir una madre ante la llegada de su hijo, le provoca a éste un considerable nivel de estrés. Tanto es así que numerosas pruebas demuestran que los hijos de féminas estresadas nacen mucho más nerviosos y excitados que los niños de mujeres que viven su embarazo como un periodo extraordinario y feliz.
Las manifestaciones del estrés en los recién nacidos son variadas: hay niños que tienen problemas con las comidas, otros con las horas de sueño; los menos, con problemas en la piel, etc.
Entre estas expresiones, las dificultades más graves que presentan los menores con la comida destaca la anorexia. El niño, al notar la ansiedad e intranquilidad de su madre, resiente la falta de una figura materna fuerte y estable, por lo que prefiere morir a sentir ese vacío y entonces deja de comer.
En relación con el sueño pueden ocurrir dos cosas: que el pequeño se pase casi todo el día dormido para no percatarse del estrés materno, o que ese estrés no le deje descansar y no pueda dormirse.
Además, también pueden salirle eccemas en la piel. Todas éstas son formas que tienen los niños de manifestar su angustia, nervios y depresión: en resumen, su estrés.
El trauma del nacimiento
La vida del niño va a cambiar drásticamente: pasará de vivir en un medio seguro, a otro que desconoce y en el que, sobre todo en los primeros momentos, va a encontrarse desprotegido y desorientado. Ello supone un cambio tan grande, que muchos médicos coinciden en llamar al momento: “el trauma del nacimiento”.
Las ansiedades y preocupaciones que la madre pudiera tener durante su embarazo, hace que nazcan en el mundo bastantes niños estresados.
Ser madre
Para evitar que el bebé padezca estrés, debe empezar a cuidarlo desde antes de su nacimiento. Aunque es normal que se preocupe un poquito, intente mantener un espíritu alegre y optimista y piense que todo va a salir bien. Una vez que tenga al niño debe poner todo su cariño a la hora de cuidarlo, ya que más importante que el cuidado en sí, es el amor que ponga en ello.
No lo amamante si le preocupa que se le estropee el pecho, ni lo bañe o acueste con pereza o cansancio. Sólo logrará que el bebé capte sus inseguridades y que aparezcan en él, inconscientemente, sentimientos de culpa. Cuanto más tranquila esté, mejor transmitirá sentimientos satisfactorios a su hijo que, poco a poco, comerá y dormirá mejor y estará más relajado. La felicidad de su bebé merece su esfuerzo.
Consejos para tratar de estar tranquila
• Tome todas las noches (antes de dormir) una infusión caliente de alguna hierba relajante como tila o manzanilla.
• Si ha tenido un día especialmente duro, meta los pies en agua templada o regálese un relajante baño de agua tibia antes de meterse a la cama.
• Coma muchas ensaladas de lechuga, sobre en la cena, ya que esta verdura relaja.
• Después de la cena, coma de postre un par de manzanas.
• Siempre que se sienta cansada, repose con los pies en alto, de ser posible escuchando algún disco de música clásica.
• Hable con su esposo sobre sus temores acerca del bebé, tanto si ya ha nacido como si no.
• Evite todo lo que pueda el café y otros estimulantes, como el té o los refrescos de cola.
• Antes de dejarse llevar por los nervios, piense: “¿esta tontería va a poner en juego la salud de mi hijo?”, verá cómo dentro de algún tiempo su hijo se lo agradecerá.