Nueva tecnología estudia a los humanos
Mundodehoy.com.- La evolución tecnológica ha crecido a tal magnitud que a través de los teléfonos celulares o móviles se ha arrojado una nueva aportación, sus aplicaciones han contribuido al estudio del comportamiento humano.
Las aplicaciones trascienden en campos como la salud, la ingeniería urbana y en problemas económicos y hasta de seguridad, e incluso a un nivel espacial, temporal y social.
Esteban Moro es profesor titular del departamento de Matemáticas de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Especializado en marketing viral y redes sociales, entre otras áreas de interés, es uno de los organizadores junto con investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) del NetMob 2015, el congreso más importante del mundo en el análisis científico de datos de móviles y su aplicación a problemas económicos y sociales, que se ha celebrado del 7 al 10 de abril en el MIT Media Lab (Cambridge, EEUU).
El móvil que llevamos en nuestro bolsillo se ha convertido en un sensor ubicuo y muy interesante para conocer cómo se comportan las personas y, por agregación, nuestra sociedad: recoge datos de cómo, cuándo y con quién nos comunicamos, dónde estamos o cómo nos movemos. Esto hace que sea posible estudiar el comportamiento humano y de nuestra sociedad a un nivel espacial, temporal y social sin precedentes. Esto puede llevar por ejemplo a comprender cómo se propaga la información o las epidemias en nuestra sociedad, cómo mejorar el transporte en las grandes ciudades o cómo ayudar a las autoridades en situaciones de emergencia.
Por otra parte, el “sensor” más importante es el que proviene de las llamadas, es decir, el teléfono informa desde la celda (torre o estación) desde la cual se está realizando o recibiendo la llamada. Esto permite saber cómo, dónde y con quién nos comunicamos. Pero los otros sensores dan también mucha información. Por ejemplo, el GPS para geolocalizar nuestros mensajes en aplicaciones. Otros ejemplos son los acelerómetros de los smartphones que, además de mejorar la experiencia de usuario, se están utilizando para detectar enfermedades como el párkinson.
¿Los nuevos teléfonos inteligentes podrán incorporar más sensores de otro tipo?
Sí, podrán en un futuro, pero lo que parece ser tendencia ahora es que los teléfonos inteligentes gestionen los datos de otros dispositivos (wearables). Esto sobre todo lo vemos en aplicaciones en salud.
En la mayoría de las aplicaciones, el usuario es informado de que se van a utilizar esos datos, como ocurre en las aplicaciones de redes sociales como Facebook o Twitter. Normalmente el acceso a esos datos tiene una contrapartida para el usuario (recomendación de lugares, búsqueda de información, etc) y por eso el usuario deja acceder a sus datos. En otros contextos, los datos son agregados a niveles espaciales y temporales que no permiten “desanonimizar” al usuario individualmente, tal y como requieren las leyes de protección de datos. Sin embargo, es importante que el usuario conozca quién y cuándo utiliza esos datos. En la conferencia Netmob hay muchos grupos que participan que trabajan en el área de “privacidad”, es decir, cómo conseguir que los usuarios conserven su privacidad a la vez que las empresas y administraciones utilizan los datos para aplicaciones tan importantes como epidemias, situaciones de emergencia, fraude, etc.
El acceso a grandes bases de datos de telefonía (sobre todo móvil) ha cambiado nuestra manera de observar la sociedad. Por ejemplo, ahora se pueden estudiar los movimientos o las interacciones sociales de millones de personas o de una ciudad entera. Esto permite tener casi en tiempo real datos de cómo se produce el movimiento de las personas, cuántas de ellas comparten el transporte público o cómo se comunican. Los principales problemas que se estudian están relacionados con problemas sociales (segregación en las ciudades, mejora del transporte en las ciudades, recomendación de lugares que visitar, detección de eventos), problemas económicos (detección de indicadores económicos, pobreza, desempleo, economía sumergida, geomarketing), problemas de seguridad (crimen, prevención y gestión de situaciones de emergencia) o problemas relacionados con salud.
En este congreso también se habla de cómo utilizar estos datos para el desarrollo. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Mientras que en los países desarrollados los datos de telefonía móvil complementan los datos que las agencias o gobiernos disponen acerca del censo de la población, de cómo nos movemos… en países en vía de desarrollo no existen esos datos o son difíciles de conseguir. Por ejemplo, en algunos países en África no hay un censo preciso de la población, aunque la penetración de la telefonía móvil es alta. Por eso, el uso de los datos de telefonía móvil puede ayudar a conocer el censo de la población, los patrones de movilidad de la gente para estudiar cómo se propaga una epidemia o estimar los niveles de paro a partir de los niveles de actividad en las diferentes zonas de un país. En el congreso hay una parte muy importante en la que Orange y agencias como el Banco Mundial, Naciones Unidas han liberado datos de llamadas en Senegal para que los investigadores propongan nuevas ideas para su estudio y aplicación en problemas de transporte, energía o salud.