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Cómo saber si mi hígado está “enfermo”

Ya son varias ocasiones que Diego se levantaba con mal aliento y la lengua manchada, pensaba que con algunas cepilladas sobre la superficie lingual podía terminar con ese aspecto desagradable.

No obstante, pasaron los días y la situación empeoraba, porque ya se había aunado a ello la mala digestión que hacía que su abdomen se inflamara, sintiera náuseas después de ingerir algunos alimentos grasos y flatulencias continuas.

Decidió acudir al médico para que lo revisara, porque ya se trataba de un malestar que crecía en síntomas y que no podía remediar, pues un amigo le había dicho -a quien sólo le comentó que sufría de malestares estomacales- que tal vez todo se debía a problemas nerviosos y de estrés.

Y en efecto, el doctor le dijo que sí eran síntomas por actitud nerviosa, pero lo principal era que se trataba de su hígado, el cual pasaba por una fase de funcionamiento deficiente, pero si hubiera dejado pasar más tiempo, tal vez, habría enfrentado un padecimiento más severo.

Como éste puede haber muchos casos de personas que se sientan incómodas con su estómago, lo cual deriva en trastornos de otros órganos como los intestinos, el hígado e inclusive la boca.

Cuando nuestro hígado no tiene un buen funcionamiento podemos distinguirlo por síntomas externos como cambios de humor, depresiones y problemas de concentración, derivadas de la cantidad de agentes tóxicos que habitan en el hígado y que se pasan al torrente sanguíneo, afectando en consecuencia al cerebro.

También, los dolores de cabeza, las erupciones cutáneas, el cansancio extremo o fatiga crónica, retención de líquidos, intolerancia a comidas grasas y la mala digestión son parte del cuadro sintomático de un hígado enfermo.

Desgraciadamente, son factores acumulativos los que propician que nuestras vísceras  estén en malas condiciones de salud, por lo que los expertos recomiendan cuidados tanto en la forma en que se come como lo que se ingiere para darle un nuevo proceso a la labor de nuestro hígado.

De igual modo, es vital tomar mucha agua, de 8 a 12 vasos al día para que nuestro organismo tenga maneras de hacer sus actividades normales, también evitar las comidas altas en azúcar refinada, porque el hígado convierte el azúcar en grasa y en colesterol, perjudicial para la salud, que posteriormente se va al torrente sanguíneo, asimismo, evitar, en lo posible, comer rápido, pues lo mejor es masticar lentamente para que el organismo pueda trabajar a su ritmo.

Asimismo, los médicos recomiendan no comer si no se siente hambre, pero tampoco dejar pasar mucho tiempo sin que el estómago tenga alimento.

Se debe, además, consumir frutas, verduras y legumbres porque son benéficas para el hígado, así como los jugos.

Por lo tanto, si alguna vez la lengua presenta manchas y está acompañada de mal aliento, no lo dude, asista con su médico y evite que el mal crezca y dañe a su hígado.

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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