Cuando su hijo tiene parálisis cerebral
La parálisis cerebral (PC) es una de las enfermedades congénitas (existen antes del nacimiento o se contraen al nacer) más comunes de la niñez. Aproximadamente 500.000 niños y adultos de todas las edades en los EE.UU. tienen parálisis cerebral y la incidencia general está en aumento porque los bebés prematuros, que antes hubieran muerto, hoy sobreviven. El riesgo de un bebé prematuro de sufrir parálisis cerebral es mucho mayor al del bebé nacido a término. Los bebés prematuros que pesan menos de 1510 gramos (3,3 libras) tienen una probabilidad 30 veces mayor de desarrollar parálisis cerebral que los bebés nacidos a término.
¿Qué es la parálisis cerebral?
La parálisis cerebral es una enfermedad que afecta las habilidades motoras (la capacidad de moverse de manera coordinada y resuelta), el tono muscular y el movimiento de los músculos. En condiciones normales, las personas aprenden a mover sus músculos de una manera coordinada y pareja, aunque los movimientos simples, incluso el permanecer quieto, requieren una interacción más complicada de músculos y nervios. Puesto que un niño con parálisis cerebral tiene dificultad para controlar o coordinar sus músculos, incluso estos movimientos simples resultan difíciles. Otros problemas que pueden desarrollar los niños con parálisis cerebral incluyen dificultad para comer, problemas de control de vejiga e intestinos, problemas respiratorios y dificultades de aprendizaje.
La parálisis cerebral se debe al daño cerebral que se produce antes, durante o después del nacimiento, durante los 3 a 5 primeros años de vida. No es una enfermedad contagiosa ni progresiva, lo que significa que no empeorará con el correr del tiempo. Si bien la parálisis cerebral no puede ser curada, el entrenamiento, el tratamiento, el equipo especial y, en algunos casos, la cirugía, pueden ayudar a un niño con parálisis cerebral a llevar una vida más funcional.
Existen tres tipos de parálisis cerebral: parálisis cerebral espástica, que causa rigidez y dificultad en los movimientos; parálisis cerebral atetoide (también llamada discinética), que resulta en movimientos involuntarios y descontrolados; y la parálisis cerebral atáxica, caracterizada por un sentido alterado del equilibrio y la percepción de la profundidad.