Por Ady Corona
México, D. F., 31 de julio (Mundo de Hoy).- La etapa del embarazo es de extremos cuidados de forma integral, pues cualquier descuido puede ser fatal tanto para la madre como para el bebé al momento de nacer.
Un claro ejemplo es el de la varicela, una enfermedad viral que por lo regular ataca cuando somos niños; sin embargo, muchas veces ni siquiera recordamos si ya fuimos portadoras del virus varicela “zoster” o no.
Por ello es necesario hacer hincapié en que cuando la mujer está embarazada es susceptible a contagios de diversa índole y si no sigue una revisión médica de rutina pueden presentarse problemas graves de salud.
No obstante, en el caso de la varicela, las estadísticas médicas muestran que entre el 85 y 95 por ciento de la población femenina en gravidez es inmune a ella.
A pesar de ello, cuando deseamos ser madres o ya estamos en el proceso de gestación del producto es necesario que a través de pruebas sanguíneas el médico nos diga si ya fuimos contagiadas de varicela en la infancia.
En caso de que nuestro doctor nos ratifique que somos inmunes, podemos estar tranquilas, porque si una vez ya la varicela hizo estragos en nuestro cuerpo no podrá volver a ocurrir, como sí sucede en el caso de otras enfermedades virales (por ejemplo la gripe, que aunque acabemos de salir de un cuadro infeccioso, nos da cuantas veces quiera el virus por estar nuestro cuerpo bajo en defensas).
Ahora, si por el contrario nuestras pruebas de sangre demuestran que no hemos tenido varicela, lo que viene a continuación es la toma de una serie de medicamentos que logren que la enfermedad sea menos grave en caso de presentarse y, a la vez, intentar proteger al bebé de la varicela, todo bajo la supervisión médica para evitar consecuencias en la salud de ambos.
En caso de que la futura madre haya estado expuesta al contagio, puede ser aplicada una vacuna contra la varicela dentro de las 96 horas posteriores, pero lo mejor es evitar contactos de esta índole.
Y es que si la varicela contagia a la madre entre las primeras 20 semanas de embarazo, la probabilidad de que el producto nazca con "síndrome de la varicela congénita" es del dos por ciento. Es ahí cuando vemos que los bebés al nacer presentan defectos óseos e incluso musculares con extremidades deformadas o con escaso movimiento, asimismo, pueden nacer ciegos, con retraso mental y hasta padecer de convulsiones.
Pasadas las 20 semanas el riesgo de trastornos en el bebé es menor, no obstante, el susto comienza de nuevo si cinco días de que naciera el producto la madre presentó erupción cutánea característica de la varicela o incluso dos días después de haber alumbrado.
Y es que los bebés contagiados de varicela de esta manera alcanzan el 25 por ciento, mas un 30 por ciento de los pequeños que se infecten pueden perder la vida si no se les da la atención y tratamientos médicos adecuados.
