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Analizan las enfermedades derivadas por el trabajo


  • Los ejemplos son el Burnout (Síndrome de desgaste emocional), el Síndrome de Acoso laboral, la Fatiga Crónica, el Tecno Estrés y la Adicción al Trabajo.
  • Los síntomas principales, agotamiento físico y mental, actitudes agresivas y desgano.
  • En todos los casos, si el problema persiste por más de seis meses será indispensable tomar un tratamiento psicoterapéutico.
Las demandas laborales están generando nuevos problemas de salud mental en hombres y mujeres, cuya afectación no sólo mina su productividad laboral, sino sus relaciones personales e incluso las esferas afectivas (pareja y familia). “Se trata síntomas producidos por el agotamiento mental que se manifiestan con padecimientos físicos y actitudes agresivas, de desgano y que inciden negativamente en las relaciones personales de los individuos laboralmente productivos”, explica el Dr. José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS):

En este sentido, el especialista explica los trastornos emocionales que el IIPCS ha detectado en los diversos ambientes de trabajo:

– Síndrome de desgaste profesional (Burnout).  Los individuos presentan agotamiento físico y mental, lo cual se traduce en un bajo rendimiento laboral y pérdida de interés hacia el trabajo. En este sentido, las estadísticas confirman que este problema es más frecuente en personas cuya profesión se basa en el trato directo con gente: médicos, trabajadores sociales, profesores, policías, bomberos, guardias de cárceles, comerciantes y encargados de brindar información o atención al público, ya que deben involucrarse en problemas y preocupaciones de otros y enfrentarse a hechos sociales estresantes.

El organismo ha identificado que los pacientes con síndrome de desgaste profesional son muy exigentes, presentan baja autoestima o dificultad para manifestar sus emociones; paulatinamente reportan que “algo” que no pueden definir, les desagrada en su trabajo. “De entrada consideran que su malestar se debe a una inconformidad en la organización que los desgasta; suelen después tomarse algunos días de vacaciones, sin embargo, al reincorporarse notan que todo sigue igual, experimentan frustración y en algunos casos llegan al grado de sentir un desgaste permanente y severo que puede ocasionar incapacidad para volver a desempeñar las actividades que venían realizando”, explicó el Dr. González Núñez, también Director de Posgrado de la Institución.
 
 
– Síndrome de acoso (Bullying laboral o Mobbing). Se produce cuando una persona es sometida a una fuerte presión psicológica por parte de varios miembros del grupo al que pertenece o por sus superiores, quienes buscan, por ejemplo, que renuncie a su empleo. Este fenómeno ocurre con mucha frecuencia, explicó la Dra. Jael Alatriste García, Presidente Electa del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social,  y se caracteriza por presentar periodos largos de depresión o estados de estrés, así como ansiedad que, de no atenderse a tiempo, derivará en complicaciones emocionales severas.

Los individuos con mayor riesgo de sufrir acoso son aquéllos cuyo aspecto, conducta, valores y actitud contrastan con los de sus compañeros de trabajo, ya que su sola presencia provoca un cuestionamiento implícito sobre los símbolos, características y valores que dan homogeneidad a una empresa o grupo laboral. 

– Síndrome de fatiga crónica (Gripe del yuppie). Esta afección hace referencia a un cuadro de estrés laboral caracterizado por dolor de cabeza, irritabilidad, sensación de cansancio permanente, pérdida de memoria y disminución en la capacidad del sistema de defensas contra enfermedades (inmunológicas), por lo que el paciente suele manifestar síntomas similares a los de un resfriado.

El origen del nombre anglosajón data de aquellos ejecutivos y hombres de negocios surgidos en las últimas dos décadas del siglo XX en Estados Unidos, los yuppies (palabra que abrevia al término young urban profesional o joven profesionista de ciudad), quienes tenían el único objetivo de obtener ganancias que les permitieran contar con un alto nivel de vida y reconocimiento social, aunque fuese a costa de agotadoras jornadas de trabajo o de desafiar todo principio ético o moral.

“La fatiga crónica se diagnostica cuando una persona se muestra agotada por un período de seis meses o si no desaparece con el reposo. Entonces es indispensable acudir a algún tipo de tratamiento psicológico”, explicó el especialista.

– Síndrome de fatiga informativa (Tecno Estrés). Aparece en personas que deben trabajar largas jornadas con computadoras y tecnologías de punta  (smartphones, iPads) hacia las que se termina por crear mayor o menor grado de dependencia.
 
El tecno estrés puede iniciar mientras se aprende a hacer uso de las nuevas tecnologías (software empresarial, bases de datos), ya que muchos trabajadores se ven obligados a adquirir nuevos conocimientos a marchas forzadas, sin cometer errores y bajo la presión de quienes desempeñan cargos superiores, por lo que es común que se experimenten ansiedad, inseguridad y sentimiento de incompetencia. Esto puede desencadenar, sobre todo en personas de mayor edad, aversión hacia las nuevas herramientas (tecnofobia), e incluso solicitar cambio de puesto o deserción en el trabajo.

“A esto deben agregarse manifestaciones corporales como dolor en cuello, espalda, brazos y hombros, ojos irritados, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo y mala digestión, en tanto que anímicamente se presenta un hecho curioso: como en otros casos de estrés, la persona luce confundida y agotada, pero también parece copiar la manera en que trabaja la computadora, de modo que todo el tiempo actúa con prisa, pretende realizar varias actividades a la vez y procura desempeñarse con exagerada precisión; por ello, no tolera los errores (cuando son propios hay gran decepción y depresión) y corre el riesgo de perder su identidad al obligarse a ser como una máquina”, manifestó González Núñez.

– Adicción al trabajo (Workaholism). Se define como una dependencia al estrés y se presenta cuando el individuo no se da la oportunidad de tener momentos de reposo y vuelca toda su energía en la realización y progresión de su trabajo; difícilmente dedica tiempo a aspectos de su vida personal: cuidado de sí mismo, práctica de algún deporte, convivencia familiar y en pareja, o simplemente descansar.

Las personas más afectadas por este problema son de personalidad ansiosa, tendencia a deprimirse y baja autoestima; además, son perfeccionistas, cuentan con la necesidad de sentir que tienen el control de cualquier situación, prefieren el trabajo individual antes que el grupal y pueden permanecer así durante muchos años sin darse cuenta de su adicción y sin hacer nada para solucionarlo. Este comportamiento es más típico en los varones debido a que desde pequeños se les inculcan los anhelos de poder, éxito y prestigio, a la vez que deben establecer relaciones sociales lejos de sus sentimientos y negar emociones como tristeza, miedo o dolor.

En cualquier caso, el IIPCS sugiere que de presentarse uno de estos síntomas lo mejor es acercarse a un especialista. El IIPCS dispone de una clínica de servicios psicológicos para todas las personas sin importar su nivel socioeconómico. 

Mayores informes en www.iipcs.edu.mx 
 

Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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