Por Ady Corona
México, D. F., 25 de julio (Redacción Salud Mundo de Hoy).- Cuando nuestro organismo está preparado para dar vida a otro ser estamos tan preocupadas por los detalles más superficiales que no tomamos en cuenta los signos de alerta que el cuerpo nos está dando, por lo cual no pensamos en que si se presenta un sangrado escaso y de color oscuro, dolor abdominal bajo e inclusive una inflamación pélvica esto sea motivo de preocupación.
Sucede que entre otros síntomas, estos son los más representativos ante un caso de embarazo ectópico, es decir, que se produce fuera de la matriz y se aloja en cualquier otra parte cercana a ésta como en las trompas de Falopio y se han dado casos severos en que los intestinos y el hígado han sido el lugar escogido por el óvulo para implantarse e intentar dar vida al bebé, pero en estos últimos la incidencia de muerte fetal y materna es alta.
No obstante, existen casos de embarazos ectópicos que se han detectado tardíamente y que no han dado a la madre síntoma alguno de dolor o, en su defecto, de gestación.
De acuerdo con las estadísticas médicas, la mujer tiene mayor posibilidades de presentar embarazo ectópico entre los 35 y 40 años, así como al haber requerido de técnicas de reproducción asistida, el uso del dispositivo intrauterino o incluso el uso de anticonceptivos orales -aunque hay quienes difieren en que las píldoras sean detonadoras-, además de haber presentado un primer embarazo de este tipo con anterioridad; no obstante, el ser fumadora, haber tenido infecciones genitales de gravedad, endometriosis o abortos previos, también disponen al cuerpo a ser partícipe de un embarazo de riesgo.
Por ello es muy importante que el médico nos revise continuamente inclusive desde que pretendemos programar nuestro embarazo, porque si se descuida por un segundo la salud se podrían tener diagnósticos equivocados, sobre todo si se ha padecido con anterioridad de un aborto intrauterino, apendicitis aguda, si se tiene torsión de un quiste de ovario y se padezca de enfermedad pélvica inflamatoria.
La mayoría de las veces este tipo de embarazo produce la muerte tanto de la madre como del feto, pero paulatinamente se ha logrado salvar la vida de la progenitora siempre y cuando se recurra al apoyo de técnicas quirúrgicas que pueden eliminar el embarazo ectópico, las cuales van desde la abertura del abdomen -cuando se ha dado ruptura del embarazo ectópico-, conocida como laparotomía, hasta la más sencilla y detallada como es la laparoscopia, con la cual las incisiones son pequeñas y los riesgos de infección durante la operación son pocos, por ende, la recuperación es de mejor calidad.
Obviamente los costos pueden dispararse dependiendo de qué tan sencilla se requiera la operación, no obstante, cualquiera que se elija o nos recomiende el médico son la única alternativa de salvar la vida de la mujer que presente estas generalidades.
Afortunadamente los estudios médicos han visto avance en el grado de detección y de tratamiento, pues aunque los casos de incidencia han incrementado, la mortalidad por embarazos ectópicos cada vez son menos recurrentes, y es que la calidad de vida que nos damos no es tan óptima como para regalarle un soplo de vida a otro ser.
Así que quienes pretendan embarazarse o por cualquier circunstancia ya se encuentren en estado de gravidez, sólo es recomendable asegurar las revisiones médicas para que nuestro organismo esté en las mejores condiciones de gestar, así como de alojar en el lugar adecuado al futuro bebé y no poner en riesgo nuestra propia vida.